
Año del buey austero
Ana María Salazar
El Universal
Como en años anteriores, en este espacio nos abocamos a la tarea de “predecir” o anticipar eventos y tendencias que marcarán el año que inicia. Y generalmente recibo muchos e-mails de lectores de mis artículos de fin de año, quejándose de que soy demasiado pesimista y de que hay que ver con optimismo el nuevo año.
Pero a diferencia de años pasados, la mayoría de mis colegas analistas y comentaristas parecerían coincidir con lo que les he plasmado en este espacio desde hace varios meses: probablemente 2009 será uno de los años más difíciles que enfrentará México en mucho tiempo. Algunos hablan que desde la Revolución Mexicana.
Teniendo como entretelones que terminamos 2008 con más de 5 mil ejecuciones, decenas de decapitados y un récord número de secuestros, recordarán que les comenté que en 2009 tendremos la tormenta perfecta, en la que no sólo se conjuntan la crisis de seguridad y económica mundial, sino también las elecciones intermedias. A la luz de los resultados electorales, que se anticipa que serán catastróficos para el PAN en 2009, el “sexenio” de Calderón se convertirá en un “trienio” en el que ahora el Presidente y algunas partes del que será un PRI embravuconado gobernarán con tensiones en incremento debido a los diversos intereses políticos ante el 2012.
Asumiendo que mis escenarios pesimistas se traduzcan en realidades, entonces ¿cómo enfrentar 2009? Con austeridad. Mucha austeridad. Y siendo este el año del buey en el calendario chino, hay que enfrentarlo como un “buey austero”.
Según el calendario chino, en este año del buey debemos dejar de improvisar y tener planes sólidos para enfrentar los retos buscando los objetivos de manera organizada y esquemática. Pero en este país se recompensa la improvisación y se desdeña la cultura de la prevención (ver la “Fábula de la cigarra a la mexicana”, en www.anamariasalazar.com), por esto es difícil imaginarse un cambio gradual en México; tendrán que suceder eventos catastróficos para que la clase política y la misma sociedad se sacuda y entienda que una democracia no nace, se hace. Y se hace por todos…
Debido a la crisis financiera y de seguridad, y el sufrimiento que estos dos fenómenos traerán a tantas familias mexicanas, 2009 será un año en el que todos —repito: todos— debemos aspirar a ser austeros. Políticos, comentaristas, funcionarios públicos, y los ciudadanos en general debemos de promoverlo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Cualquier demostración exagerada de riquezas y ostentación no sólo se verá de mal gusto, sino que será una forma certera de volverse la siguiente víctima de la delincuencia. No podemos obviar el hecho de que sí existe una correlación entre la crisis económica y la inseguridad. Para la clase política este concepto de austeridad también aplica. Derroches detestables en las campañas se castigarán en las urnas.
De hecho yo diría que cualquier demostración exagerada de derroche de dinero en este año de vacas flacas inmediatamente se cuestionará si proviene de fondos del crimen organizado o es una provocación para darle una cachetada al resto de la población.
Con esto les deseo a todos un buen año nuevo del buey austero.
Pero a diferencia de años pasados, la mayoría de mis colegas analistas y comentaristas parecerían coincidir con lo que les he plasmado en este espacio desde hace varios meses: probablemente 2009 será uno de los años más difíciles que enfrentará México en mucho tiempo. Algunos hablan que desde la Revolución Mexicana.
Teniendo como entretelones que terminamos 2008 con más de 5 mil ejecuciones, decenas de decapitados y un récord número de secuestros, recordarán que les comenté que en 2009 tendremos la tormenta perfecta, en la que no sólo se conjuntan la crisis de seguridad y económica mundial, sino también las elecciones intermedias. A la luz de los resultados electorales, que se anticipa que serán catastróficos para el PAN en 2009, el “sexenio” de Calderón se convertirá en un “trienio” en el que ahora el Presidente y algunas partes del que será un PRI embravuconado gobernarán con tensiones en incremento debido a los diversos intereses políticos ante el 2012.
Asumiendo que mis escenarios pesimistas se traduzcan en realidades, entonces ¿cómo enfrentar 2009? Con austeridad. Mucha austeridad. Y siendo este el año del buey en el calendario chino, hay que enfrentarlo como un “buey austero”.
Según el calendario chino, en este año del buey debemos dejar de improvisar y tener planes sólidos para enfrentar los retos buscando los objetivos de manera organizada y esquemática. Pero en este país se recompensa la improvisación y se desdeña la cultura de la prevención (ver la “Fábula de la cigarra a la mexicana”, en www.anamariasalazar.com), por esto es difícil imaginarse un cambio gradual en México; tendrán que suceder eventos catastróficos para que la clase política y la misma sociedad se sacuda y entienda que una democracia no nace, se hace. Y se hace por todos…
Debido a la crisis financiera y de seguridad, y el sufrimiento que estos dos fenómenos traerán a tantas familias mexicanas, 2009 será un año en el que todos —repito: todos— debemos aspirar a ser austeros. Políticos, comentaristas, funcionarios públicos, y los ciudadanos en general debemos de promoverlo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Cualquier demostración exagerada de riquezas y ostentación no sólo se verá de mal gusto, sino que será una forma certera de volverse la siguiente víctima de la delincuencia. No podemos obviar el hecho de que sí existe una correlación entre la crisis económica y la inseguridad. Para la clase política este concepto de austeridad también aplica. Derroches detestables en las campañas se castigarán en las urnas.
De hecho yo diría que cualquier demostración exagerada de derroche de dinero en este año de vacas flacas inmediatamente se cuestionará si proviene de fondos del crimen organizado o es una provocación para darle una cachetada al resto de la población.
Con esto les deseo a todos un buen año nuevo del buey austero.