Vivir con suegros...
Vivir con suegros aumenta riesgo de ataque cardiaco
Las mujeres japonesas generalmente no tienen riesgo de sufrir ataques cardiacos... a menos que vivan con sus suegros, según un nuevo estudio
El Universal
Miércoles 17 de diciembre de 2008
Las mujeres japonesas generalmente no tienen riesgo de sufrir ataques cardiacos... a menos que vivan con sus suegros, según un nuevo estudio.
Las mujeres japonesas casadas que viven con su marido y con los padres de alguno --en Japón, eso casi siempre significa los padres del esposo, de acuerdo con los investigadores-- tuvieron tres veces más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco que aquellas que viven solamente con su cónyuge.
Una nota de The New York Times sobre dicho estudio agrega que tener niños en casa también se vinculó con un mayor riesgo de ataques cardiacos entre mujeres japonesas, aunque no en una proporción tan alta. En los casos de mujeres que vivían tanto con padres como con hijos, el riesgo de ataque cardiaco sólo se duplicó en vez de triplicarse.
El riesgo de ataque cardiaco fue ligeramente superior entre mujeres que vivían con esposo e hijos.
El estudio fue realizado por investigadores en la Escuela de Salud Pública de Harvard y publicado esta semana en la revista Heart.
"Tendemos, en Occidente, a ver las relaciones familiares y el apoyo social como elementos que protegen la salud", indicó Ichiro Kawachi, epidemiólogo de la escuela y uno de los autores del estudio. "Este es el primer estudio epidemiológico que muestra que en Japón estos arreglos tradicionales de convivencia son más bien lesivos para la mujer".
En algo sorprendente, la situación no afectó la salud de los hombres.
"A los hombres japoneses no les importa la clase de arreglo que se tenga", explicó Kawachi. "Son inmunes al estrés doméstico".
Los investigadores estudiaron a 91 mil hombres y mujeres japoneses viviendo bajo distintas condiciones a lo largo de más de 10 años. La edad de los participantes fue entre 40 y 69 años. A ninguno se le diagnosticó antes del estudio alguna enfermedad grave, como problemas cardiacos, embolias o cáncer.
Al final del estudio, a 671 participantes se les diagnosticó enfermedad de las arterias coronarias, 339 murieron de padecimiento cardiaco y 6 mil 255 fallecieron por otras causas.
Las mujeres que vivían con sus esposos y los padres, normalmente de él, tenían menos probabilidades de fumar o beber intensamente, pero mostraron tres veces más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco, señalaron los investigadores.
Sin embargo, no registraron más probabilidades de morir de un ataque cardiaco que las mujeres que vivían sólo con sus esposos. Kawachi especuló que, una vez que se enferman, las mujeres empiezan a recibir el apoyo que necesitan, en cuyo caso "contar con los padres es probablemente útil".
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